24.9.11

Creo que ya sé cual es el problema. Toda esta weá idiota. Que se joda todo. Todo todo todo. Te extraño, pero no es ese el problema. Te fuiste hace mucho. Y te sigo extrañando, pero ese no es el problema.
El problema es esta weá. Mis decisiones idiotas. Pensé que era lo mejor; sigue siendo lo mejor si piensas en el futuro. Pero mi decisión cambió cosas que no era para mí decidir. Para mi tomar, romper, torcer, hacer. Influir. Aún así lo hice.
Te juro que no me di cuenta. No fue mi intención ni mi deseo. Pero lo hice. Y me arrepiento. No sé como todos ellos (los nuevos) pueden vivir así. Como han podido vivir así todo este tiempo.
Tal vez yo soy muy débil.
Recuerdo que antes hablábamos, ella y yo. Me encantaba hablar con ella. Conversábamos de todas estas cosas importantes, de política, del mundo, de lo idiota que es alguna de la gente de política. Discutíamos y tomábamos té y era todo tan genial.
Pero nunca hablamos de lo importante, yo nunca le conté lo importante, lo primordial. Y no caí en la cuenta hasta hace poco.
Si yo no hubiera decidido que donde estaba no era suficiente, nunca me hubiera dado cuenta.
Pero lo hice, y ahora lo sé.
Nada es suficiente. Incluso aunque no estamos allí ahora, nunca más estaremos allí. Porque nada es suficiente. O tal vez lo es.
Yo ya no soy suficiente. Ese es el problema. No soy suficiente.

14.7.11

Adiós, hola, temblor

Las palabras se me van de la boca. No sé que esperas ahora. Tu adiós, un hola, la añorada tristeza de la mañana soleada en que me viste despertar por vez primera. La secuencia sigue y veo tras tus ojos los míos. El corazón late tonto entre mi pecho, sobre mi pecho y ya no sé que decirte. Los latidos se escuchan como un temblor en mis oídos y ya sé a lo que se referían cuando decían que esperaban que no los escucharas porque yo siento que se me sale del pecho y es que hace tanto que no nos vemos, no te veo, nos miramos, nos hablamos.

Odio los trenes y las mañanas y sé que tú tampoco me olvidaste pero igual estamos aquí, anillos en los dedos, anillos diferentes, el mío de plata y el tuyo de oro porque lo pudiste pagar y no sé que decir. No sé que decir.

Espero que no escuches los latidos de mi corazón.

5.2.11

Ella a veces llora. Sí, ella también llora. Y lo hace tan poco, que parece que no supiera como hacerlo. Es horrible. Triste. Trágico. Mágico.

26.1.11

Then she ends it alls and it's a goodbye and the water is running cold under our feets until hers aren't anymore, the wind restless, the kisses wet, our eyes open and closed and I recognise the light no more.

Shallow under the light,
waves under my feet,
I keep falling
and there's cold in my bones,
I wish I could resist it.

***
Sé que está en inglés y que es horrible y que no he subido nada en más de un año, y lo siento y sé que odiaré haber subido esto cuando sea de mañana y las olas dejen de hacer trisas el alma y mis pies dejen de estar fríos y mis ojos humedos pero, no lo sé, es tan yo que lo quería compartir. Y por si les interesa saber, intente escribir en español y no me resultó, culpa de leer tanto en un idioma extranjero que el mío propio me desconoce.