14.7.11

Adiós, hola, temblor

Las palabras se me van de la boca. No sé que esperas ahora. Tu adiós, un hola, la añorada tristeza de la mañana soleada en que me viste despertar por vez primera. La secuencia sigue y veo tras tus ojos los míos. El corazón late tonto entre mi pecho, sobre mi pecho y ya no sé que decirte. Los latidos se escuchan como un temblor en mis oídos y ya sé a lo que se referían cuando decían que esperaban que no los escucharas porque yo siento que se me sale del pecho y es que hace tanto que no nos vemos, no te veo, nos miramos, nos hablamos.

Odio los trenes y las mañanas y sé que tú tampoco me olvidaste pero igual estamos aquí, anillos en los dedos, anillos diferentes, el mío de plata y el tuyo de oro porque lo pudiste pagar y no sé que decir. No sé que decir.

Espero que no escuches los latidos de mi corazón.

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Salta en un pierna y cántame tu canción preferida hasta que no te quede voz ni a mí lágrimas.