Anne experimentó un deseo incontenible de asomarse a la otra puerta para comprobar si aún llovía. ¿Por qué había de suponerse que el motivo fuera otro? El capitán Wentworth ya debía de haberse perdido de vista. Se puso de pie y se acercó a la puerta. Las dos mitades de su ser debían de poseer distintos grados de cordura, o tal vez desconfiaran excesivamente la una de la otra. Ella quería, sencillamente, enterarse de si llovía o no.
Gente que llora casi como si no supiera llorar.
ResponderEliminarQué lindo.