11.10.09

La cosa sin nombre (más linda que una estrella)

Cuando lo encontró aquel viernes en la madrugada, Lizzie supo lo mucho que extrañaba las estrellas. Ahora ya no se ven bien. Recordó lo grandes que se veían en ese entonces. Eran miles, miles de estrellas; visibles en el día.

Y tenían colores. Muchos colores. Tonos de rojo, verde, azul, naranjo, morado entremezclándose y construyendo otros nuevos.
Pero había una estrella mucho más linda que todas las otras. Tenía un color de esos sin nombre, porque son demasiado extraños y hermosos y únicos y especiales para tener nombre. Aún así, Lizzie nombró al color como Hielo, porque fue lo primero que se le ocurrió al verlo. Era...dulce y frío y quemaba, y encontró que Hielo le sentaba.

A Lizzie desde entonces (o tal vez mucho antes, en un tiempo tan antiguo que solo estrellas como Hielo recuerden) le gustó poner nombre a las cosas. Desde entonces Lizz nombraba a todo lo que veía pues era imperdonable que en su planeta hubiera algo sin nombre. Y aquella madrugada de viernes cuando lo encontró, jamás supo por qué, le recordó a las estrellas.
Aunque era mucho más lindo que las estrellas. Muchísimo más.

2 comentarios:

  1. Hielo es de una belleza exhultante. Así es Hielo, ¿verdad?

    ¿Y qué pasó después de que Lizzie pusiera un nombre a esa cosa más bonita que una estrella? ¿La guardó en un bolsillo y le contó cuentos todas las noches? ¿O tuvo lugar una triste despedida(de las que a mí tanto me gustan)?

    Lindo, Lith, lindísimo.

    ResponderEliminar

Salta en un pierna y cántame tu canción preferida hasta que no te quede voz ni a mí lágrimas.